Suicidio y Salvación

Una pregunta que comúnmente se hace es si un creyente nacido-de-nuevo que comete suicidio todavía irá al cielo. La respuesta a esta y otras preguntas relacionadas depende de los datos bíblicos y del punto de vista personal de la gracia de Dios.

La Biblia nos enseña que la vida es sagrada. Suicidarse es tomar la vida que es creada exclusivamente, hecha a la imagen de Dios, y dada como un regalo. El mandamiento: 'No matarás' no especifica el objeto y puede incluir a uno mismo o a otros. En principio entonces, el suicidio es igual al asesinato, se puede llamar auto-asesinato. (Dar la vida de uno por otro no sería suicidio - se considera el máximo hecho de amor Jn 15:13).

Para el Cristiano, el suicidio también es tomar la vida que no le pertenece:

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 Cor 6:19-20).

Este pasaje se está refiriendo al cuerpo del Cristiano, como se indica en el contexto aledaño que discute la inmoralidad sexual y el cuerpo.

Algunos piensan que 1 Cor 3:16-17 enseña que el suicidio se castiga con la destrucción eterna.

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

En este punto de vista, 'el templo de Dios' se refiere al cuerpo físico. También, la palabra 'destruyere' algunas veces se traduce como 'destruir' (tal y como está en la frase que le sigue), por lo que muchos suponen la idea del suicidio. Pero una mejor traducción de esta palabra puede ser 'arruinar' o 'corromper'. Además, el contexto de este pasaje muestra que el 'templo' se refiere a la comunidad de creyentes quienes comprenden la iglesia local, no al cuerpo humano. La analogía del edificio se usa para la iglesia en los versículos anteriores (3:9-10). El pasaje entonces es una advertencia para aquellos que tratan de arruinar o destruir a la iglesia local - una amenaza real que presentaba el divisionismo en Corinto (3:3-4). El castigo de Dios va a destruir o arruinar a aquellos creyentes mundanos. Esto se puede referir a la perdida de sus recompensas (3:15) o al daño físico (5:5) incluyendo la muerte (11:29-30; cf. 1 Jn 5:16). Este pasaje no habla nada acerca del suicidio.

Algunos dirán que una persona que dice ser Cristiana y comete suicidio sólo prueba que nunca fue realmente Cristiano para empezar. Pero no existe evidencia en la Biblia de que aquellos que han creído posean algo menos que la vida eterna, que por definición no se puede perder. Este punto de vista supone que todos los Cristianos van a perseverar en fidelidad y obediencia hasta el final de sus vidas, pero la evidencia bíblica lo desmiente (e.g. Hch 5:1-11; 1 Cor 11:30).

La Biblia nos muestra que los creyentes tienen la capacidad de cometer pecados terribles, incluyendo el asesinato (e.g. El Rey David). Los creyentes pueden abusar de la gracia de Dios. El suicidio, aunque es terrible, es otro pecado que el creyente puede cometer. De acuerdo con la Biblia, todos los pecados de los creyentes han sido perdonados (Col 2:13). Por eso es que no existe condenación para los que están en Cristo (Ro 8:1) y nada puede separar a un creyente del amor de Cristo, ni aún la muerte - cualquiera que sea la causa de la muerte (Ro 8:35-39).

La Biblia nos promete que 'Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad' (1 Jn 1:9). Pero un creyente que comete suicidio no puede confesar ese pecado. Sin embargo, la verdad es que cada creyente probablemente va a morir con algún pecado específico que no se confesó. Además, este pasaje se refiere al compañerismo y al caminar con Dios, no a la condición para obtener la salvación eterna (cf. 1:3, 6-7). Confesarse los pecados unos a otros no es una condición para la salvación eterna. La única condición es la fe en Cristo y Su oferta de vida eterna en base a Su obra terminada al pagar por nuestros pecados en la cruz. Los Cristianos pueden estar seguros de que cuando pecan, ellos tienen un Abogado con el Padre, Cristo Jesús, Quien satisface la justicia de Dios por nuestros pecados (1 Jn 2:1-2).

Ya que Dios es omnisciente, y Su gracia perdona todos los pecados, pasados, presentes, y futuros; no existe ningún pecado que sorprenda a Dios o que haga que Él se arrepienta de haber salvado a alguien. La Biblia también nos enseña que cuando el pecado abundó, la gracia sobreabundó (Ro 5:20). ¡Nadie puede pecar más allá de la gracia de Dios!

sabiendo esto, un Cristiano nunca debe de abusar de la gracia de Dios al cometer algún pecado, mucho menos suicidio. El suicidio es un pecado serio y egoísta que deshonra a Dios, daña a otras personas, y priva a Dios de nuestro servicio en la tierra. Cualquier abuso de la gracia de Dios tiene sus consecuencias - una pérdida cualitativa en esta vida y también en la experiencia eterna. Pero esa pérdida es en la calidad del compañerismo o del gozo de Dios, no en la relación de uno con Dios.