¿Cuánta Fe se Necesita para Ser Salvo?

La Biblia promete que 'todo aquel que cree en [Jesucristo], no se pierda, mas tenga vida eterna' (Jn 3:16) y dice: 'por gracia sois salvos por medio de la fe' (Ef 2:8). Pero ¿Cuánta fe se necesita para obtener esta salvación?

Una persona se puede preguntar si ha creído lo suficiente como para ser salvo. Con razón - existen los que dicen que la salvación sólo se les da a los que tienen suficiente fe, fe completa, una fe especial, etc., implicando que la fe de uno en la promesa de Dios de la salvación puede ser insuficiente.

Nosotros sabemos que la fe puede variar en grados o en cantidad por los testimonios bíblicos. Jesús habló de aquellos con 'poca fe' (e.g., Mt 6:30; 8:26; 14:31) y de aquellos con 'gran fe' (e.g., Mt 8:10; 15:28). El hombre a quien su hijo le fue sanado de un espíritu malo tenía poca cantidad de fe, pero pidió más (Mc 9:24). Jesús habló de una fe tan pequeña como una semilla de mostaza, la más pequeña semilla en la agricultura conocida en esos días (Mt 17:20; Lc 17:6).

En el caso del hombre con una fe débil, es claro que aun la pequeña cantidad de fe que él tenía fue suficiente para ver el milagro de Jesús. Jesús mismo dijo que la cantidad de fe del tamaño de una semilla de mostaza era suficiente para mover una montaña o trasplantar un árbol. Esto indica que la cantidad de fe no es el problema; el problema es el objeto de la fe y el poder al que esa fe tiene acceso.

Primero, debemos notar que la promesa de la Biblia de la vida eterna que menciona la fe o creer no especificá cuánta fe se necesita para obtener la vida eterna. (Hch 8:37 se puede ver como una excepción cuando Felipe le dice al eunuco etíope que él puede ser bautizado 'Si crees de todo corazón', pero el verso 37 no está en muchos de los manuscritos griegos importantes y por eso se omite en muchas traducciones. Aun así, la respuesta del eunuco, 'Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios', muestra que la cantidad de fe no es el problema crítico; al contrario, el problema es el objeto de la fe).

Segundo, de hecho no es nuestra fe lo que nos salva. Cuando vemos a Ef 2:8, 'por gracia sois salvos por medio de la fe', podemos diferenciar entra la causa (por gracia) y el medio (a través de la fe). Por ejemplo, si alguien dice que lavó su carro con una manguera, entendemos que la manguera fue el medio por el cual se entregó lo que causó el lavado (agua). La manguera no lavó el carro, sino el agua. La fe en sí misma no es una fuerza, pero un canal a través del cual el poder de Dios para salvarnos es entregado.

Tercero, la más pequeña cantidad de fe es suficiente para la salvación si el objeto de la fe es digno. Ya que es la gracia de Dios lo que nos salva en Cristo Jesús, cualquier cantidad de fe en Él nos va a salvar. Por ejemplo, alguien que se está ahogando puede tener una fe muy grande en un bote agujerado que no lo puede salvar, o puede tener una fe débil en un buque marinero que lo puede salvar. La más pequeña cantidad de fe es suficiente para salvar si la fe es en un objeto digno. Algunas personas tiene una enorme cantidad de fe en una falsa religión o en un líder religioso falso, pero ellos no van a ser salvos. El creyente con la más pequeña cantidad de fe en el digno Hijo de Dios va a ser salvo, porque la salvación no depende de la fuerza de la fe de uno, sino en la suficiencia de Jesucristo para hacer lo que promete.

Examinando la calidad o la cantidad de la fe de uno es un ejercicio subjetivo y vano. La salvación y la seguridad de la salvación sólo vienen de enfocar nuestra fe en la dignidad de Jesucristo y Su promesa de salvarnos. El problema no es cuánto creemos, sino en quién hemos creído. Nosotros o creemos en Jesucristo para vida eterna o no.