El Alcance del Perdón de Dios

Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz Col 2:13-14

Este pasaje dice que Dios les ha perdonado a los creyentes todas sus ofensas, o pecados. ¿Esto incluye cualquier tipo de pecado sin importar cuándo fue cometido? Algunos creyentes piensan que Jesús les perdona ciertos tipos de pecados o sólo los pecados que ellos cometieron antes de ser salvos. La implicación es que ciertos pecados o los pecados futuros pueden causar que pierdan su salvación. ¿La salvación por gracia promete más?

Si Dios no perdona todos los tipos de pecado sin importar cuando fueron cometidos, entonces Su gracia pudiera ser limitada. Pero este pasaje nos enseña que el perdón viene junto con una nueva vida y que la condenación por el pecado fue quitada de en medio en la cruz. La palabra usada para perdón en el verso 13 viene de la misma palabra usada para gracia, lo que significa que es un regalo gratuito. El perdón de Dios es dado gratuitamente. No sólo es gratis, pero es abundante. Ro 5:20 nos enseña que 'cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia'. La gracia de Dios excede tanto a todos nuestros pecados que no importa qué hagamos o cuándo lo hagamos, nuestra posición eterna con Dios está segura. No podemos pecar más allá de la gracia y el perdón de Dios.

Por lo tanto, en Col 2:13, la palabra 'todos' quiere decir exactamente eso. Significa que Jesús ha perdonado cada pecado, sin importar lo terrible de estos. Esto también quiere decir que ha perdonado todos los pecados ya sean pasados, presentes o futuros. Algunos pueden tener problemas para aceptar el hecho de que Dios ha perdonado aun los pecados futuros, pero debemos darnos cuenta que todos nuestros pecados eran futuros para Jesucristo cuando Él pagó por ellos en la cruz. Jesús sabía los pecados que íbamos a cometer en nuestro pasado y nos perdonó de cualquier manera cuando Él murió en la cruz. De la misma manera Él ya sabe los pecados que estamos por cometer y Él los perdonó de cualquier manera en la cruz.

Cuando Jesús dijo desde la cruz: 'Consumado es', Él quiso decir: 'Está pagado en su totalidad'. El justo castigo de Dios por nuestros pecados fue completamente satisfecho con la muerte de Su propio Hijo. Ningún otro pago pudo haber sido aceptable o eternamente suficiente. La muerte de Cristo fue suficiente para todos los pecados y para todos los pecadores de cualquier lugar y en cualquier tiempo. Por eso es que ya no se necesita ofrecer sacrificios por los pecados (Heb 10:1-18).

Debemos de darnos cuenta de que en las Escrituras existen dos tipos de perdón. Col 2:13-14 habla del perdón judicial que nos mantendría alejados de la presencia de Dios. Existe también el perdón de pecados de compañerismo que dañan la experiencia de nuestro caminar con Dios. Somos perdonados judicialmente en el momento en que creemos en Jesucristo para vida eterna (en la justificación). Somos perdonados y experimentamos el perdón cuando confesamos delante de Dios momento a momento nuestros pecados subsiguientes (1 Jn 1:9). Si no confesamos nuestros pecados cuando estos ocurren, podemos dañar nuestro compañerismo experiencial con Dios. Aunque nunca podremos perder nuestra salvación, podemos perder el gozo de nuestra salvación, así como un hijo desobediente no puede dejar de ser parte de la familia, pero con su padre puede tener una relación fracturada.

Es útil ver nuestro pecado de la misma manera en que Dios lo ve. Nuestra visión está limitada al presente; el pasado es una memoria y el futuro es sólo una posibilidad. Pero ya que Dios no está confinado al tiempo (Él es infinito), Él ve nuestra vida en su totalidad.

Cuando Dios perdona nuestros pecados, Él ve lo que hicimos en el pasado, lo que estamos haciendo hoy, y lo que haremos en el futuro - ¡y de cualquier manera nos perdona!

Dios no nos salvó sólo para arrepentirse de haberlo hecho, porque nada de lo que hicimos o haremos le va a tomar por sorpresa. Cuando Jesús murió por nuestros pecados, Dios estaba viendo la totalidad de nuestra vida. Él no nos da la vida eterna para tomarla de regreso cuando hacemos algo malo. Él ya sabía qué pecados íbamos a cometer como creyentes, pero nos perdonó de cualquier manera. Esto nos debe de llevar a vivir una vida llena de alabanzas de agradecimiento, no en libertinaje. La gracia nos enseña que nuestra posición delante de Dios libre de toda pena depende en Su promesa de perdonarnos, no en nuestro desempeño. Sin embargo, la calidad de nuestro subsiguiente compañerismo con Dios depende de nuestra constante confesión de nuestros pecados al momento que nos damos cuenta de lo que hicimos.