La Fe de los Demonios y el Uso Inapropiado de Santiago 2:19

'Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan'. Stg 2:19 Stg 2:19. Algunos Cristianos usan este verso para argumentar que la fe que salva debe demostrarse con obras o entonces no es genuina. El argumento es algo así: 'Una persona que dice que cree en Jesucristo como Salvador, pero no hace buenas obras no es realmente salvo. Es como los demonios que creen en Dios pero no son salvos porque no se han rendido ante Dios o no le obedecen a Él'. Este es un manejo imprudente del verso.

Es sorprendente que Stg 2:19 se use tan a menudo cuando unas simples observaciones desarman al argumento que prueba la necesidad de las obras para la fe que salva.

Primero. Este verso no habla acerca de la salvación eterna, porque los demonios no pueden ser salvos. Su destino y su condenación están sellados (Mt 8:29; 25:41; Jud 6). Es por eso que tiemblan cuando piensan en Dios.

Segundo. El objeto de la fe de los demonios es el hecho de que hay un Dios, esto es, monoteísmo. Nadie puede ser salvo por creen en el monoteísmo, por eso este verso no se usa soteriológicamente. Muchas de las religiones no-cristianas del mundo son monoteístas.

Tercero. No dice que los demonios creen en Jesucristo como su Salvador. Jesucristo no murió y resucitó de los muertos para salvar demonios sino humanos. Mientras que la obra de Cristo salva a los humanos, esta destruye a la maldad (Heb 2:14).

Cuarto. Una rápida mirada a los comentarios muestran la dificultad de dar una adecuada interpretación a este verso dentro del contexto de Stg 2:16-20. El problema está en saber cuándo terminan las palabras de Santiago y cuándo empiezan las palabras de su objetor. Si es que, como algunos han argumentado, el verso 19 es dicho por un objetante, ¿Se pudiera usar como el principal texto para probar un punto teológico crucial? También, si viene de un pasaje tan difícil de interpretar, ¿se debería usar como el principal texto para aprobar o desaprobar la salvación de alguien? Muchos pasajes más claros rechazan las obras como un requisito para obtener la salvación eterna (e.g., Ro 4:4-5; Ef 2:8-10; Tit 3:4-5).

El libro de Santiago se escribió a los judíos Cristianos (vea Apuntes de Gracia No. 2) para motivarles a responder con fe durante las pruebas para madurar (1:2-4). La sección de 2:14-26 también está llamando a los lectores Cristianos como: 'hermanos míos'. Santiago está argumentando que un Cristiano que sólo declara su fe pero no hace el bien no le sirve de nada a los necesitados (2:14-16) y por lo tanto su fe está 'muerta' o es inútil (2:17, 20). Una fe sin obras también es inútil para salvar al Cristiano de un juicio sin misericordia en el Tribunal de Cristo, un juicio para el Cristiano en donde va a dar cuentas de cómo vivió (Ro 14:10-12; 2 Cor 5:10). Este juicio para los Cristianos se menciona al inicio y al final de esta sección, en 2:13 y 3:1, mostrando que esto rige el pensamiento de Santiago acerca de la relación entre las obras y la fe

Stg 2:19 no muestra que fe es fe. No existen diferentes tipos de fe, sino diferentes objetos de la fe. No es el tipo de fe o la realidad de la fe lo que se está cuestionando aquí, es el objeto de la fe y el provecho de la fe de uno. La realidad de la fe de los demonios no está en duda, pero ellos sólo creen que hay un Dios. Ellos verdaderamente creen eso, y es por eso que ellos tiemblan por temor a su juicio.

Stg 2:19 no se debe de usar para argumentar que las obras son necesarias para probar la fe que salva. Esto verso muestra que los demonios tiene un fe real. Ellos creen en un Dios y saben que Dios ha sellado su destino en juicio, por lo tanto ellos tiemblan. Pero ellos no están y no pueden creen en Jesucristo como su Salvador. Mientras que las buenas obras son el propósito de Dios para nosotros, son de provecho para otros, y nos dan una buena evaluación en el Tribunal de Cristo, ellas no pueden aprobar o desaprobar la realidad de la fe que salva. La salvación eterna es sólo por gracia sólo a través de la fe - sin ninguna obra en ningún momento.